Este estudio se enfoca en el análisis de los
factores benéficos que representa la práctica de la actividad física (AF) en la
calidad de vida de personas dentro del grupo etario de “adultos mayores”, es
decir, individuos que superen los 65 años de edad. Se hace énfasis en
comprender la diferencia entre “ejercicio” y “actividad física”, la cual es
definida como: cualquier actividad realizada que concluya en un gasto de
energía a través de la movilidad generada por los músculos esqueléticos.
Mientras que el “ejercicio” se entiende como una actividad para mantener o
mejorar uno o varios componentes del estado físico. La práctica constante de la actividad física
aporta ciertos beneficios en los aspectos físicos y emocionales del adulto
mayor. Dentro de los factores físicos se pueden mencionar: el desarrollo de
flexibilidad, equilibrio, fuerza y coordinación que, en conjunto, repercuten en
la adopción de una mejor postura corporal para evitar caídas y lesiones. Por
otro lado, mejora la autoestima, controla el progresivo deterioro cognitivo y
contribuye a desarrollar una mejor integración social que evita síntomas de
depresión. La sociedad desconoce los beneficios de la AF y esto conduce al
sedentarismo, de ahí que, los adultos mayores solo la practican por
recomendación médica. Debe realizarse con supervisión de un profesional o un
sujeto competente para evitar una mala praxis que sea perjudicial para la
salud.
EmásF nº 63.
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