La plasticidad sináptica es la capacidad que tiene el
sistema nervioso para cambiar su morfología o funcionalidad a través del
desarrollo, siendo la potenciación a largo plazo el principal mecanismo de
plasticidad que permite generar la memoria de días, meses o años. Este proceso
esta mediado por la activación de receptores N-metil-D-aspartato (NMDA) que
producen una cascada molecular que finalmente permite la síntesis de proteínas
como el factor neurotrófico
derivado del cerebro (BDNF) que generan supervivencia, crecimiento y
plasticidad sináptica. En los últimos años se ha evidenciado que el ejercicio
físico puede estimular la producción de factor de crecimiento insulínico tipo 1
(IGF-1) que activa receptores neuronales que finalmente producen la generación
de BDNF, siendo el trabajo físico un elemento que ayuda a la
neuroplasticidad.
EmásF nº 40.
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