El presente artículo analiza la Historia de
Vida de una estudiante del grado de maestro/a de la Universidad Jaume I de
Castellón tras su participación en un programa formativo de
Aprendizaje-Servicio en el ámbito de la Educación Física, consistente en prestar
un servicio directo dirigido a niñas y niños de un Centro de Acción Educativa
Singular (CAES) cubriendo su necesidad de jugar y mejorando su calidad de vida.
Las conclusiones obtenidas nos llevan a considerar que la experiencia es muy
beneficiosa para el alumnado universitario dado que interioriza valores,
aprendizajes y se enfrenta a realidades que suelen pasar desapercibidas.
EmásF nº 38
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